DEJA DE SER MANIPULABLE, DESARROLLA UN PENSAMIENTO CRÍTICO

Escrito por Abel Núñez

Consultor personal y empresarial | Especialista en Comportamiento humano, Cultura Organizacional, Neurosemántica y Neurolingüística | Licencia en Meta-Coaching System | Maestro en Desarrollo Organizacional | Lic. en Ciencias de la Comunicación | Lic. en Psicología

¿Te ha pasado que has adquirido algún producto o servicio sólo por la emoción que te dio el cómo lo estaban presentando? O quizá, al ver una versión de los hechos en el mundo de la política ¿te has dejado llevar por lo que te dicen? ¿Alguna vez te has hecho de una idea “arraigada” por lo que otros te han “inculcado” (incluyendo figuras de autoridad, redes sociales y medios de comunicación)?

Seguro alguna vez has compartido en Facebook una imagen de “Se busca a cierta persona…” sin saber si ya lo encontraron o si la imagen no es de hace años o de otro país. O el típico “Están donando sillas de ruedas, comparte…”

¿Estás seguro de que aquello que crees está basado en fuentes confiables? ¿Sabías que ni siquiera tú eres una fuente confiable?

Si has contestado que sí a alguna de las preguntas anteriores, es posible que estés siendo manipulado. ¿Cómo? Enseguida te contesto…

No es mi intención hablar mal de ningún comunicador, político, vendedor, ni siquiera de los merolicos. Lo que quisiera es que seas consciente que muy probablemente tú mismo(a) estás siendo víctima de tu falta de criterio y, por consiguiente, te estés dejando manipular.

Tampoco digo que tú te estés manipulando, porque según la RAE (Real Academia Española) una de las acepciones de la palabra dice que, para que sea manipulación se debe: Intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros, en la política, en el mercado, en la información, etc., con  distorsión  de  la  verdad  o  la justicia, y al servicio de intereses particulares.

Hoy en día existen, por donde quieras, una infinidad de personas haciendo la lucha para “vender” sus ideas, productos o servicios de excelente, buena, mediana, mala y a veces pésima calidad. Principalmente las vemos en las redes sociales y en una que otra conferencia y medio de comunicación. Y es que, hasta yo mismo las he usado, hay una variedad de estrategias y principios de persuasión e influencia que hacen que las personas estén más predispuestas a aceptar nuestras ideas y/o comprar nuestros servicios y productos.

¡Ojo! Lo anterior de las estrategias y principios no es malo. Al contrario, promueven la sana competencia con su oferta y demanda. El problema no son esas estrategias y principios, el verdadero problema es que caigas en las manos de alguien muy bueno para aplicar esas estrategias y principios, pero muy malo (para ti) por lo tergiversado de sus ideas infundadas o de sus productos de baja calidad o de sus servicios que no cumplen lo que ofrecen.

Oye Abel ¿Y existe alguna solución?

Sí: desarrolla tu pensamiento crítico.

Hace un par de años incluí ese tema en uno de los cursos que doy abiertos al público en general: Equilibrio 360ª. Aunque ese curso trata sobre la autorrealización, el sentido de la vida y la espiritualidad sin religión, vi completamente necesario que los participantes conocieran la estrategia básica del pensamiento crítico, para que evitaran caer en paradigmas y creencias limitantes, que están incrustadas en temas como la religión, las “buenas costumbres”, el deber ser e, incluso, sobre la existencia misma.

En esta ocasión te quiero compartir simples pasos que te permitirán ir desarrollando un pensamiento crítico que podrás aplicar tanto en la información (y memes) que ves en las redes sociales, como en los comerciales, conferencias, y cualquier medio de información que te quiera vender una idea, un producto o un servicio.

PASOS PARA DESARROLLAR UN PENSAMIENTO CRÍTICO (mi versión corta)

Según nuestra fuente de consulta tipo “fast food” (Wikipedia), el pensamiento crítico es un proceso que se propone analizar, entender y evaluar la manera en la que se organizan los conocimientos que se pretenden interpretar y representar en el mundo, en particular las opiniones o afirmaciones que en la vida cotidiana suelen aceptarse como verdaderas.

En otras palabras, el pensamiento crítico implica no dejarse llevar por la información que nos llega del exterior, sino antes de aceptarla como una certeza, pasarla por algunos filtros que nos garanticen (en cierta medida) que lo que estamos recibiendo tiene cierta validez.

Paso 1.- DUDA. En la preparatoria, mi profesor de Filosofía solía hablar mucho de René Descartes. Hay una frase en particular que se me quedó grabada y constantemente repito en mi cabeza “la duda sistemática como principio del conocimiento, no dudar por dudar”. Esta frase resume el primer paso del pensamiento crítico. Aprende a dudar de las cosas, de la información de todo. Ahora bien, no quiero decir que empieces a desconfiar de todo y que ya no le creas a la vecina que nunca se casó, sino que pongas en tela de juicio aquello que consideres importante saber si es cierto o no. Aprender a dudar es un arte, así que si quieres saber más, busca información acerca de la “Duda metódica” de René Descartes.

Paso 2.- PREGÚNTATE POR LA FUENTE. No porque lo veas en la televisión, en las redes sociales, porque lo dijo el padrecito en misa o te lo contó tu mamá, es cierto. Muchas veces la información se va tergiversando, mal interpretando o cambiando de versión. También ten en cuenta que muchas personas ganan dinero por tus visitas a sus páginas y tus clic’s en sus enlaces. La desinformación ya es más que una moda, es hasta un modo de ganarse la vida. Así que cada vez que veas una noticia o alguna información de la cual quieras constatar su validez, busca o pregunta por la fuente y corrobora que ésta sea fidedigna y digna creer.

Paso 3.- PREGÚNTATE POR LA EVIDENCIA. Muchas veces la información que recibes asevera ciertas cosas. Por ejemplo que cierto político está metido en el narco, que se encontraron niños muertos y sin órganos en un camión o que tal polvito te bajará de 3 a 5 kilos en una semana sin tener que moverte del sillón. Es importante que consultas la evidencia real, (ver Paso 2) para que tengas mayor certidumbre de que lo que te dicen es así. Aún así, dependiendo del caso, solicita pruebas o garantía. Ten en cuenta que, incluso, los testimonios pueden estar falseados, manipulados o comprados.

Paso 4.- REFLEXIONA. Después de dudar, preguntarte por la fuente y la evidencia, haz uso de la maravilla de cerebro y mente que tienes y apela a tu sentido común, a tu razón y también a tu instinto. Más de una vez me han querido estafar con productos milagro, inversiones increíbles y cursos resuelve todo. Mi sentido común y esa sensación de que algo no cuadra (instinto, o mejor dicho, tu inconsciente trabajando para ti) han hecho que desista aunque mi emoción esté a punto de decir que sí. Ya después de tiempo me doy cuenta que fue la mejor decisión.

Paso 5.- DECIDE. Después de los 4 pasos anteriores, te toca tomar la decisión de si aceptas o no como una certeza la información que estás recibiendo. Una buena decisión necesita ser tomada de forma consciente, sin demasiada emoción ni demasiada razón. Es un equilibrio. ¿Cómo saber si estás decidiendo adecuadamente? No siempre se puede saber, pero ten como premisa el que tú te sientas bien a pesar de las consecuencias, que es el último paso. Para tener mayor consciencia de las consecuencias de una decisión, vale la pena también desarrollar otra habilidad muy interesante e indispensable en cualquier persona que quiera tener éxito en la vida: la visión sistémica. En otro artículo te hablaré de ella.

Paso 5.- ACEPTA CONSECUENCIAS. Toda decisión conlleva consecuencias. Algunas serán neutras, otras positivas y otras no tanto. Ten en cuenta esto y, después de haber decidido, acepta lo que venga. Al final de todo aprendes, aunque es cierto que muchas cosas se pueden prevenir.

Espero que practiques estos pasos y que me cuentes cómo te fue. También compárteme tus comentarios acerca de aquellas ocasiones en que no te ha ido del todo bien por no haber utilizado tu pensamiento crítico.

Si te ha interesado este artículo, lo puedes compartir en tus redes sociales 🙂

Un abrazo, mi estimado(a) compañero(a) de camino.

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